Diferencias principales entre las tarjetas de crédito y los préstamos personales
Son dos tipo de productos financieros que nos permiten gastar más dinero del que realmente poseemos en una situación determinada, a cambio de devolverla al banco con intereses y haber pagado las comisiones por gestión. Si son tan similares a simple vista, ¿en qué se diferencian?
Las tarjetas de crédito
Las características principales de este producto financiero son:
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Sirven sobre todo para comprar productos o servicios puntuales y de uso más cotidiano porque el monto máximo de crédito es bastante limitado.
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Piden un pago mínimo cada mes que cubre una parte de los intereses cobrados por el banco una pequeña parte de lo que realmente gastaste el mes anterior.
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Tienen tasas de interés variable, así que el pago mensual y los intereses aumentan si no se cumplen con las condiciones del contrato.
Es útil para cubrir gastos muy específicos cuando no hay suficiente liquidez en la cuenta, pero se podrá devolver el dinero al banco al momento de la fecha de corte. En caso contrario, los intereses aumentan bastante, aunque también se puede pagar al menos el mínimo.
Siempre es recomendable pagar toda la deuda puntualmente para evitar que los intereses aumenten, tanto por impago como porque el capital no devuelto generará otra vez intereses para la fecha de corte.
Los préstamos personales
Destacan por:
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Servir para realizar proyectos de mayor coste, como ampliar una casa, adquirir un coche, realizar eventos de grandes magnitudes y cubrir un gasto imprevisto bastante fuerte.
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Hay que pagar mes a mes una cuota fija, previamente establecida en el contrato firmado.
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Tener la seguridad de pagar en el tiempo que escogiste porque la cuota no aumenta, a menos que haya habido un caso excepcional como el impago de los créditos rápidos online.
No son instantáneos como las tarjetas de crédito, además de que necesitas tener una cuenta a tu nombre en la que recibir el dinero. Más bien, funcionan como un depósito para adquirir créditos en 10 minutos, a cambio de devolverlo en un plazo determinado y con unas cuotas también determinadas.
Muchas veces ni siquiera tienes que justificar en qué vas a gastar el dinero, por lo que sus usos son variados. Hay excepciones como las hipotecas, un préstamo exclusivo para la compra de una vivienda, pero las opciones en el mercado permiten usar el dinero con total libertad.
¿Tarjetas de crédito o préstamos? Cada uno cuenta con características que les dan sus ventajas e inconvenientes. En la práctica, ninguno es mejor que otro, sino que se ajusta a las necesidades particulares de la situación.